Un amigo mío escribió este artículo en un foro y me ha dado permiso para publicarlo en el blog, dado que conoce mi condición de acérrimo defensor de las cosas de antes en general, y de los vinilos en particular. Espero que os guste. Gracias, Paco.
Puede que lo que dicen sea cierto, lo de que internet es la puerta al mercado para nuevos grupos, pero yo lo dudo. sin una industria que te respalde, sin medios de comunicación masivos publicitándote... no sé, puede que te hagas un hueco, pero no sé yo si te va a dar para vivir. los grupos sacan más dinero de los conciertos que de los discos, sean estos superventas o no. de hecho, cuanto más superventas son, menos les afecta el pirateo. no tengo la impresión, de que a u2, a los rolling stones, a fito y los fitipaldi, o algún otro grupo de estos, las ventas de sus discos sean lo que acabe de inclinar la balanza a su favor, aunque está claro que puedo equivocarme. en la década de los ochenta, al menos en españa, grabar un disco y salir al mercado era relativamente fácil... vamos, fácil si se compara con la actualidad. era un momento mucho más abierto, más creativo. un momento en el que la industria no sufría un pirateo importante, ya que el soporte estrella era el vinilo... se daban circunstancias que favorecían el acceso de nuevos grupos al mercado. los productores apostaban por ellos,había más conciencia musical... sin embargo, ahora la industria musical, al menos la gran industria musical, se ha convertido en algo así como una cadena de producción en serie. lo que se escucha en la radio es muy homogéneo, muy parecido. tienes que recurrir a canales especializados, como por ejemplo radio 3 o la misma internet, para descubrir nuevas tendencias, nuevos estilos. sí, es cierto que internet es un cauce que puede abrir muchas puertas, pero la industria de la música está condenada a repetir sus propios estereotipos... ah, y lo que he dicho hace un momento, lo del vinilo. con ese soporte no había apenas pirateo, pero los precios eran mucho más baratos. luego se creó la necesidad del cd, más barato de producir, pero más caro en las tiendas... y nos jodieron a todos. nos obligaron a comprarnos cd, e incluso hay mucha gente que se desprendió de sus vinilos, pobrecicos. las tiendas, antes con el vinilo, podían devolver a las discográficas los ejemplares que no vendían. luego con el cd, esta medida se aplicó al nuevo soporte pero no se mantuvo con el vinilo, con lo que las tiendas optaron por el cd, ya que con él se aseguraban recuperar el dinero en caso de no venderlos todos... total para un producto más malo, porque el cd es más malo. tiene menos potencia, no puede alterarse... esto de la homogeneización de las masas llega hasta este punto: todos con la misma música, que suena igual, vale más cara, y que al cabo de unos meses se ha pasado de moda y ya no se escucha.... un horror.
Yo me empecé a interesar por la música desde muy joven. conseguí que mis padres colaran y me compraran mis primeras cintas cuando todavía no tenía sieteaños. desde entonces hasta ahora, CDs, cintas y vinilos han ido engrosando una discoteca que, sin ser la de radio nacional de españa, creo que no estádel todo mal. tengo unas 100 cintas, unos 400 vinilos y unos 1500 cd. me pasaba horas con el equipo en marcha, dale que te pego, escuchando desde los led zepelin o los AC/DC, a los hombres g o los inhumanos, desde mano negra o kortatu, hasta janis joplin o glen miller... y entonces llegó internet. tardé bastante en engancharme a los p2p. empecé con el souldseek, y casi que maldigo la hora en que lo hice. me parece perfecto para recuperar cosas imposibles del pasado, pero para consumir música?... no, desde luego que no. la calidad, por buena que sea, nunca es la misma, y además, la música está hecha para ciertos soportes, para escucharla de cierta manera. es algo así como un ritual, que con esto de los mp3 pues como que se ha ido un poquito al garete. consumo música bajada de internet, pero como abrir un disco y sacar el vinilo, pasarle el cepillo, colocarlo en el plato, poner la aguja, escuchar ese breve chisporroteo, y luego la música sonando, así como suenan los vinilos, con profundidad... pues como que no. como que los mp3 pueden irse a tomar algo si les da la gana, que no, que no tienen nada que hacer. A mí es que eso de comprar una canción, así, mediante sms, pues como que no me va. yo soy de los clásicos que disfrutan yendo a comprar discos, que le gusta el soporte tanto como el contenido. puede que descargarme un tema mediante sms me cueste un euro, y sin embargo un maxi me cueste diez, pero entre una cosa y otra, qué te voy a decir, no hay color. me quedo mil veces con el maxi. yo sólo soy uno, pero como yo hay muchos. gente a la que le gusta el ritual, a la que le gustan las carátulas, las carpetas, los picture disc. no es sólo consumo, es algo más, que está muy relacionado con el arte y un modo de entender la vida. no se puede desdeñar los nuevos cauces de distribución, pero para el que como yo espera algo más que una simple canción, esto se queda muy corto. llegará el día que los vinilos sean una reliquia del pasado, y por cosas como esa, y porque sólo lo haría si me faltara para comer, mis estanterías de vinilos siguen almacenando piezas de coleccionista por las que me han ofrecido una pasta gansa pero que jamás serán vendidas. todo esto del progreso está muy bien, pero lo malo es que nos dejamos cosas por el camino. la música, tal y como yo la entiendo, como la he mamado, apenas existe ya. Las tiendas de discos desaparecen absorvidas por la marea de los centros comerciales y las grandes superficies, y a mí al menos, eso me jode bastante. recuerdo cuando se podía ir a comprar discos sin dejarte un sueldo en ello como una experiencia maravillosa, y aunque todavía no tengo hijos, me pregunto si cuando los tenga y crezcan ellos van a poder hacerlo. la música existirá, desde luego. no puede desaparecer. también tendrán los discos de su padre, el cual se ha agenciado una buena provisión de agujas para tocadiscos, pero y eso de ir a la tienda, muy pequeña por lo habitual, enfrentarse a una estantería repleta de discos, e ir pasándolos uno a uno, disfrutando con cada nombre, con cada carátula. rememorando recuerdos, épocas pasadas, ansioso por encontrar esa pieza, ese disco que te ha esquivado tantos años... mira, tengo guardado como oro en paño un maxi de comité cisne. no sé si los conoces, pero si no es así te diré carlos goñi. comité cisne es el grupo en el que este hombre estaba antes de fundar revólver. pues bien, el maxi se llama dulces horas, y la cuestión es que lo anduve buscando durante años, hasta que un día, en una tienda llamada contraseña, en la calle castellón de valencia, lo encontré. ese día sólo compré un disco, pero mereció la pena. me costó once mil pesetas, y de eso ya hace más de once años. tú crees que vendería ese disco? pues va a ser que no. no es únicamente la historia que hay detrás de él, lo que significa para mí. también es la búsqueda, la persecución, la caza. tantos años buscando una pieza que se mantenía oculta, y un día, tras una pila de discos de segunda mano, al fin aparece la joya deseada. esta historia, que parece una batallita del abuelo, no será posible si la industria del disco evoluciona hacia donde parece evolucionar. encontraré la canción deseada poniendo el nombre del grupo o de la canción en un buscador, daré a énter, y con un sms, listo, en mi disco duro. saldré ganando por lo que toca al bolsillo, pero me da a mí que por lo que se refiere al alma, este negocio no funciona.
Puede que lo que dicen sea cierto, lo de que internet es la puerta al mercado para nuevos grupos, pero yo lo dudo. sin una industria que te respalde, sin medios de comunicación masivos publicitándote... no sé, puede que te hagas un hueco, pero no sé yo si te va a dar para vivir. los grupos sacan más dinero de los conciertos que de los discos, sean estos superventas o no. de hecho, cuanto más superventas son, menos les afecta el pirateo. no tengo la impresión, de que a u2, a los rolling stones, a fito y los fitipaldi, o algún otro grupo de estos, las ventas de sus discos sean lo que acabe de inclinar la balanza a su favor, aunque está claro que puedo equivocarme. en la década de los ochenta, al menos en españa, grabar un disco y salir al mercado era relativamente fácil... vamos, fácil si se compara con la actualidad. era un momento mucho más abierto, más creativo. un momento en el que la industria no sufría un pirateo importante, ya que el soporte estrella era el vinilo... se daban circunstancias que favorecían el acceso de nuevos grupos al mercado. los productores apostaban por ellos,había más conciencia musical... sin embargo, ahora la industria musical, al menos la gran industria musical, se ha convertido en algo así como una cadena de producción en serie. lo que se escucha en la radio es muy homogéneo, muy parecido. tienes que recurrir a canales especializados, como por ejemplo radio 3 o la misma internet, para descubrir nuevas tendencias, nuevos estilos. sí, es cierto que internet es un cauce que puede abrir muchas puertas, pero la industria de la música está condenada a repetir sus propios estereotipos... ah, y lo que he dicho hace un momento, lo del vinilo. con ese soporte no había apenas pirateo, pero los precios eran mucho más baratos. luego se creó la necesidad del cd, más barato de producir, pero más caro en las tiendas... y nos jodieron a todos. nos obligaron a comprarnos cd, e incluso hay mucha gente que se desprendió de sus vinilos, pobrecicos. las tiendas, antes con el vinilo, podían devolver a las discográficas los ejemplares que no vendían. luego con el cd, esta medida se aplicó al nuevo soporte pero no se mantuvo con el vinilo, con lo que las tiendas optaron por el cd, ya que con él se aseguraban recuperar el dinero en caso de no venderlos todos... total para un producto más malo, porque el cd es más malo. tiene menos potencia, no puede alterarse... esto de la homogeneización de las masas llega hasta este punto: todos con la misma música, que suena igual, vale más cara, y que al cabo de unos meses se ha pasado de moda y ya no se escucha.... un horror.
Yo me empecé a interesar por la música desde muy joven. conseguí que mis padres colaran y me compraran mis primeras cintas cuando todavía no tenía sieteaños. desde entonces hasta ahora, CDs, cintas y vinilos han ido engrosando una discoteca que, sin ser la de radio nacional de españa, creo que no estádel todo mal. tengo unas 100 cintas, unos 400 vinilos y unos 1500 cd. me pasaba horas con el equipo en marcha, dale que te pego, escuchando desde los led zepelin o los AC/DC, a los hombres g o los inhumanos, desde mano negra o kortatu, hasta janis joplin o glen miller... y entonces llegó internet. tardé bastante en engancharme a los p2p. empecé con el souldseek, y casi que maldigo la hora en que lo hice. me parece perfecto para recuperar cosas imposibles del pasado, pero para consumir música?... no, desde luego que no. la calidad, por buena que sea, nunca es la misma, y además, la música está hecha para ciertos soportes, para escucharla de cierta manera. es algo así como un ritual, que con esto de los mp3 pues como que se ha ido un poquito al garete. consumo música bajada de internet, pero como abrir un disco y sacar el vinilo, pasarle el cepillo, colocarlo en el plato, poner la aguja, escuchar ese breve chisporroteo, y luego la música sonando, así como suenan los vinilos, con profundidad... pues como que no. como que los mp3 pueden irse a tomar algo si les da la gana, que no, que no tienen nada que hacer. A mí es que eso de comprar una canción, así, mediante sms, pues como que no me va. yo soy de los clásicos que disfrutan yendo a comprar discos, que le gusta el soporte tanto como el contenido. puede que descargarme un tema mediante sms me cueste un euro, y sin embargo un maxi me cueste diez, pero entre una cosa y otra, qué te voy a decir, no hay color. me quedo mil veces con el maxi. yo sólo soy uno, pero como yo hay muchos. gente a la que le gusta el ritual, a la que le gustan las carátulas, las carpetas, los picture disc. no es sólo consumo, es algo más, que está muy relacionado con el arte y un modo de entender la vida. no se puede desdeñar los nuevos cauces de distribución, pero para el que como yo espera algo más que una simple canción, esto se queda muy corto. llegará el día que los vinilos sean una reliquia del pasado, y por cosas como esa, y porque sólo lo haría si me faltara para comer, mis estanterías de vinilos siguen almacenando piezas de coleccionista por las que me han ofrecido una pasta gansa pero que jamás serán vendidas. todo esto del progreso está muy bien, pero lo malo es que nos dejamos cosas por el camino. la música, tal y como yo la entiendo, como la he mamado, apenas existe ya. Las tiendas de discos desaparecen absorvidas por la marea de los centros comerciales y las grandes superficies, y a mí al menos, eso me jode bastante. recuerdo cuando se podía ir a comprar discos sin dejarte un sueldo en ello como una experiencia maravillosa, y aunque todavía no tengo hijos, me pregunto si cuando los tenga y crezcan ellos van a poder hacerlo. la música existirá, desde luego. no puede desaparecer. también tendrán los discos de su padre, el cual se ha agenciado una buena provisión de agujas para tocadiscos, pero y eso de ir a la tienda, muy pequeña por lo habitual, enfrentarse a una estantería repleta de discos, e ir pasándolos uno a uno, disfrutando con cada nombre, con cada carátula. rememorando recuerdos, épocas pasadas, ansioso por encontrar esa pieza, ese disco que te ha esquivado tantos años... mira, tengo guardado como oro en paño un maxi de comité cisne. no sé si los conoces, pero si no es así te diré carlos goñi. comité cisne es el grupo en el que este hombre estaba antes de fundar revólver. pues bien, el maxi se llama dulces horas, y la cuestión es que lo anduve buscando durante años, hasta que un día, en una tienda llamada contraseña, en la calle castellón de valencia, lo encontré. ese día sólo compré un disco, pero mereció la pena. me costó once mil pesetas, y de eso ya hace más de once años. tú crees que vendería ese disco? pues va a ser que no. no es únicamente la historia que hay detrás de él, lo que significa para mí. también es la búsqueda, la persecución, la caza. tantos años buscando una pieza que se mantenía oculta, y un día, tras una pila de discos de segunda mano, al fin aparece la joya deseada. esta historia, que parece una batallita del abuelo, no será posible si la industria del disco evoluciona hacia donde parece evolucionar. encontraré la canción deseada poniendo el nombre del grupo o de la canción en un buscador, daré a énter, y con un sms, listo, en mi disco duro. saldré ganando por lo que toca al bolsillo, pero me da a mí que por lo que se refiere al alma, este negocio no funciona.