jueves, 27 de enero de 2011

La muerte y el duelo: qué conllevan y cómo afrontarlos.

Uno de los temas más delicados de tratar hoy en día es, sin duda, el de la muerte y el proceso de duelo. Obviamente, ambos conceptos nos inspiran un considerable respeto, pero también es cierto que ha sido nuestra propia sociedad la que ha hecho que nos resulten difíciles de tratar, ya que, a fuerza de irlos evitando, han quedado como tema tabú. Aún así, es importante tener unos conocimientos básicos y reflexionar sobre el tema, tanto para cuando a todos nos llegue el último momento como para poder acompañar a aquellos que amamos en unos momentos tan dolorosos.

Desde el momento en que a un enfermo se le diagnostica una enfermedad en estado avanzado, este ingresa a la unidad de cuidados paliativos. Estas unidades consisten en unas secciones de los hospitales donde los enfermos reciben tratamiento tanto fisiológico para sus enfermedades (quimioterapia, radioterapia, etc.), como apoyo psicológico. Naturalmente, no se trata de una zona para enfermos terminales, ya que el paciente alterna su estancia en la unidad de cuidados paliativos con otros periodos estando en su casa, haciendo una vida tan normal como le permitan sus circunstancias.
Paralelamente, el psicólogo que forma parte del equipo de paliativos ofrece también ayuda psicológica a los familiares, tanto de acompañamiento en la enfermedad y aceptación de la muerte próxima como en el posterior proceso de duelo que tendrá lugar. En estas sesiones de apoyo psicológico, lo que se trabaja con los familiares es precisamente la aceptación de la situación, así como también se intenta facilitar la expresión de las emociones y se pone mucho énfasis en el hecho de que no hay que evitar hablar de la enfermedad con la persona afectada si esta lo desea, ya que el hecho de dialogar con alguien que le escuche, le entienda y comparta con él sus emociones le puede hacer mucho bien, ayudándole a afrontar sus últimos momentos. Naturalmente, también es muy importante no engañar al enfermo respecto a su estado. Es muy frecuente que el enfermo haga preguntas sobre cuanto tiempo le queda de vida, o, sencillamente, nos pregunte si se está muriendo. En estos casos, lo más recomendable es decirle la verdad, sobretodo si se trata de sus últimos días, ya que él más que nadie tiene derecho a saber cual es su situación actual, por si considera conveniente decir o hacer algo antes de la muerte. Ciertamente, el hecho de saber que la persona se está muriendo y tener que admitirlo delante de ella es un momento terriblemente doloroso, por eso es altamente recomendable que, tanto el enfermo como el familiar que le acompañe, puedan tener un punto de apoyo psicológico importante que les permita expresar lo que sienten con toda tranquilidad y, si es necesario, que puedan llorar con toda libertad. Hay que tener en cuenta que, para el paciente, tener alguien al lado que le escucha, llora con él y le acompaña le será de gran ayuda.

Durante la enfermedad del paciente, la familia y las personas más allegadas inician la preparación para el proceso de duelo que tendrá lugar al fallecer la persona. Hay que tener en cuenta que este proceso y su duración dependen de muchos factores, como la edad de la persona que pasa el proceso de duelo, el tipo de relación que tuviéramos con la persona desaparecida o las circunstancias en que ha tenido lugar la muerte. No es lo mismo el duelo por la muerte de una persona a la que hemos acompañado en su enfermedad, que por la muerte de una persona que ha sufrido un accidente, por ejemplo. Aún así, el proceso de duelo se compone de cuatro fases básicas:

En la primera fase, la persona sufre una situación de shock, que le hace estar totalmente bloqueada emocionalmente. Es un momento de gran desorientación, que ayuda al familiar del difunto a afrontar tareas como la preparación del funeral. En estos momentos, el hecho de que los familiares y los que elaboran el duelo puedan despedirse de la persona amada viendo el cuerpo o asistiendo al funeral es altamente recomendable para una buena elaboración y aceptación del duelo.
Después del bloqueo emocional de los primeros momentos, tiene lugar una fase de gran excitación. En esta etapa del duelo, la persona afectada experimentará un gran número de emociones y sentimientos contradictorios, que le harán vivir momentos particularmente duros. Algunos de los sentimientos más comunes son el de rabia, tanto hacia los médicos que no han podido evitar la muerte como hacia los familiares que no apoyan a quien está viviendo el duelo, y hasta hacia la persona que ya no está, por haberse ido. El sentimiento de culpa también suele aparecer, produciendo a la persona grandes momentos de angustia con la idea de que, si hubiera actuado de otra manera, quizá habría podido retrasar o evitar la muerte de quien ya no está. En estos casos, es muy importante tener alguien al lado que pueda recordarle que el hecho de controlar la muerte no está al alcance de nadie, y que es inevitable que a todos nos pase lo mismo alguna vez.
Después de esta fase de excitación, la persona entra en una etapa en la que se alternan periodos de gran nerviosismo y momentos de profundo decaimiento. A medida que esta etapa avance, los momentos de decaimiento se harán cada vez más largos, y se manifestará la necesidad de hablar con alguien sobre el difunto. Es un momento en que, los que acompañan a quien elabora el duelo deberán tener mucha paciencia, ya que a menudo los temas de conversación son muy repetitivos, recordando varias veces algunos momentos de la vida de la persona amada. Es muy importante un buen acompañamiento y una buena atención al que vive el duelo en esta etapa, ya que si no es así, la depresión puede ser extremadamente grave, y convertirse en un proceso de duelo complicado, conocido también como duelo patológico.
Finalmente, después de la etapa de decaimiento, la persona empieza a aceptar la pérdida y, poco a poco, a reincorporarse a la vida cotidiana. De todos modos, a pesar de la aceptación de la muerte, siempre queda en el interior el recuerdo de la persona desaparecida, y en varios momentos de la vida se vivirán momentos que nos recordarán que esta persona ya no está. Los aniversarios, tanto de boda como de defunción, son momentos particularmente dolorosos en los que es muy recomendable que los familiares más próximos al difunto estén acompañados por alguien que les pueda ofrecer un buen apoyo psicológico.

La muerte y el duelo: qué conllevan y cómo afrontarlos.

Uno de los temas más delicados de tratar hoy en día es, sin duda, el de la muerte y el proceso de duelo. Obviamente, ambos conceptos nos inspiran un considerable respeto, pero también es cierto que ha sido nuestra propia sociedad la que ha hecho que nos resulten difíciles de tratar, ya que, a fuerza de irlos evitando, han quedado como tema tabú. Aún así, es importante tener unos conocimientos básicos y reflexionar sobre el tema, tanto para cuando a todos nos llegue el último momento, como para poder acompañar a aquellos que amamos en unos momentos tan dolorosos.
Desde el momento en que a un enfermo se le diagnostica una enfermedad en estado avanzado, este ingresa a la unidad de cuidados paliativos. Estas unidades consisten un las secciones del hospital donde los enfermos reciben tratamiento tanto fisiológico para sus enfermedades (quimioterapia, radioterapia, etc.), como apoyo psicológico. Naturalmente, no se trata de una zona para enfermos terminales, ya que el paciente alterna su estancia en la unidad de cuidados paliativos con otros periodos estando en su casa, haciendo una vida tan normal como le permitan sus circunstancias. Paralelamente, el psicólogo que forma parte del equipo de paliativos ofrece también ayuda psicológica a los familiares, tanto de acompañamiento en la enfermedad y aceptación de la muerte próxima, como en el posterior proceso de duelo que tendrá lugar. En estas sesiones de apoyo psicológico, lo que se trabaja con los familiares es precisamente la aceptación de la situación, así como también se intenta facilitar la expresión de las emociones, y se pone mucho énfasis en el hecho de que no hay que evitar hablar de la enfermedad con la persona afectada si esta lo desea, ya que el hecho de dialogar con alguien que le escuche, le entienda y comparta con él sus emociones le puede hacer mucho bien, ayudándole a afrontar sus últimos momentos. Naturalmente, también es muy importante no engañar al enfermo respecto a su estado. Es muy frecuente que el enfermo haga preguntas sobre cuanto tiempo le queda de vida, o, sencillamente, nos pregunte si se está muriendo. En estos casos, lo más recomendable es decirle la verdad, sobretodo si se trata de sus últimos días, ya que él más que nadie tiene derecho a saber cual es su situación actual, por si considera conveniente decir o hacer algo antes de la muerte. Ciertamente, el hecho de saber que la persona se está muriendo, y tener que admitirlo delante de ella es un momento terriblemente doloroso, por eso es altamente recomendable que, tanto el enfermo como el familiar que le acompañe, puedan tener un punto de apoyo psicológico importante, que les permita expresar lo que sienten con toda tranquilidad y, si es necesario, que puedan llorar con toda libertad. Hay que tener en cuenta que, para el paciente, tener alguien al lado que le escucha, llora con él y le acompaña le será de gran ayuda.
Durante la enfermedad del paciente, la familia y las personas más allegadas inician la preparación para el proceso de duelo que tendrá lugar al fallecer la persona. Hay que tener en cuenta que este proceso y su duración dependen de muchos factores, como la edad de la persona que pasa el proceso de duelo, el tipo de relación que tuviéramos con la persona desaparecida o las circunstancias en que ha tenido lugar la muerte. No es lo mismo el duelo por la muerte de una persona a la que hemos acompañado en su enfermedad, que por la muerte de una persona que ha sufrido un accidente, por ejemplo. Aún así, el proceso de duelo se compone de cuatro fases básicas:
En la primera fase, la persona sufre una situación de shock, que le hace estar totalmente bloqueada emocionalmente. Es un momento de gran desorientación, que ayuda al familiar del difunto a afrontar tareas como la preparación del funeral. En estos momentos, el hecho de que los familiares y los que elaboran el duelo puedan despedirse de la persona amada viendo el cuerpo o asistiendo al funeral es altamente recomendable para una buena elaboración y aceptación del duelo.
Después del bloqueo emocional de los primeros momentos, tiene lugar una fase de gran excitación. En esta etapa del duelo, la persona afectada experimentará un gran número de emociones y sentimientos contradictorios, que le harán vivir momentos particularmente duros. Algunos de los sentimientos más comunes son el de rabia, tanto hacia los médicos que no han podido evitar la muerte como hacia los familiares que no apoyan a quien está viviendo el duelo, y hasta hacia la persona que ya no está, por haberse ido. El sentimiento de culpa también suele aparecer, produciendo a la persona grandes momentos de angustia con la idea de que, si hubiera actuado de otra manera, quizá habría podido retrasar o evitar la muerte de quien ya no está. En estos casos, es muy importante tener alguien al lado que pueda recordarle que el hecho de controlar la muerte no está al alcance de nadie, y que es inevitable que a todos nos pase lo mismo alguna vez.
Después de esta fase de excitación, la persona entra en una etapa en la que se alternan periodos de gran nerviosismo y momentos de profundo decaimiento. A medida que esta etapa avance, los momentos de decaimiento se harán cada vez más largos, y se manifestará la necesidad de hablar con alguien sobre difunto. Es un momento en que, los que acompañan a quien elabora el duelo deberán tener mucha paciencia, ya que a menudo los temas de conversación son muy repetitivos, recordando varias veces algunos momentos de la vida de la persona amada. Es muy importante un buen acompañamiento y una buena atención al que vive el duelo en esta etapa, ya que si no es así, la depresión puede ser extremadamente grave, y convertirse en un proceso de duelo complicado, conocido también como duelo patológico.
Finalmente, después de la etapa de decaimiento, la persona empieza a aceptar la pérdida y, poco a poco, a reincorporarse a la vida cotidiana. De todos modos, a pesar de la aceptación de la muerte, siempre queda en el interior el recuerdo de la persona desaparecida, y en varios momentos de la vida se vivirán momentos que nos recordarán que esta persona ya no está. Los aniversarios, tanto de boda como de defunción, son momentos particularmente dolorosos en los que es muy recomendable que los familiares más próximos al difunto estén acompañados por alguien que les pueda ofrecer un buen apoyo psicológico.

lunes, 7 de junio de 2010

Recordando el Radioteatro

Hay cosas de la gente que francamente, no dejan de sorprenderme. Una de ellas es, por ejemplo, la rapidez con que algunos asimilan nuevos fenómenos, nuevas diversiones, nuevas tecnologías etc, y dejan atrás cosas que unos años antes les habían proporcionado horas y horas de diversión. Precisamente el radioteatro, o teatro radiofónico, es una de esas cosas que la mayoría de la gente, o bien lo ha olvidado, o bien ni siquiera lo ha conocido. Los que lo conocieron años atrás, lo han substituido por las películas, el cine, y todo lo que conlleve imagen y sonido a la vez, llegando a tachar el radioteatro de algo aburrido, pasado de moda y a veces hasta como algo artificial. Pero lo más sorprendente de todo, es que si a esa gente que tiene tal opinión sobre el radioteatro se les narra una historia bien contada, ya sea un cuento para niños o cualquier suceso que requiera de su atención, prestan una atención igual o mayor que cuando están frente a la pequeña pantalla. Seamos sinceros: a todos nos gusta que nos cuenten historias bien contadas y es suficiente con una buena interpretación, una música adecuada y unos efectos de sonido para que el oyente deje volar su imaginación y se imagine la escena que transcurre, como se hacía años antes.

Hacer un repaso aquí de los cuadros de actores de teatro radiofónico de las distintas emisoras españolas sería hacer un post excesivamente extenso, por lo que me centraré solo en el cuadro de actores de Radio Barcelona, que comenzó su andadura a mediados de los años 40 y la terminó entrada ya la década de los 80. Como es lógico, en la época en que se empezaron a radiar obras de teatro adaptadas al medio sonoro, la televisión justo estaba haciendo sus primeras tímidas apariciones en España, con lo que la gente se apiñaba alrededor de los receptores para escuchar lo que una serie de personajes encarnados por un cuadro de actores de una calidad excelente les iba contando. Así pues, el radioteatro era la televisión de entonces. Mucho más que eso: los niños ya de pequeños, crecíamos escuchando cuentos bien narrados e interpretados en varias ocasiones por las mismas voces que interpretaban en la radio las obras, acompañados de una banda sonora normalmente excelente, por lo que el radioteatro constituía uno de los principales medios de diversión en el hogar para toda la familia, sin la necesidad de salir a la calle para buscar un televisor o gastarse una cantidad de dinero en ir al cine si no se podía.
Al igual que en las películas, el radioteatro también contaba, además del cuadro de actores anteriormente citado, con un equipo de profesionales que se encargaban de adaptar, montar y dirigir las obras que se emitían por radio y del mismo modo que en las películas, al principio y al final de cada obra se anunciaban los créditos que informaban de todo el equipo que había hecho posible la emisión. Así, en el caso de Radio Barcelona, la locutora Enriqueta Teixidor era quien se encargaba, junto con otros varios locutores, de enumerar a todo el personal que había detrás de las obras en cuestión: las adaptaciones del guión radiofónico corrían a cargo de Ventura Porta i Rosés, el montaje musical de Alberto Borrás, y la dirección del infatigable Armando Blanch, quien en algunas ocasiones hacía de narrador o de voz en off en la obra explicando la escena o describiendo el paisaje por donde transcurría la acción.
El cuadro de actores, a su vez, también se anunciaba como es natural en los créditos. Gracias a estas emisiones, las voces de Isidro Sola, Encarna Sánchez, Josep Maria Angelat, Joaquín Díaz, o Antonio Crespo entre otros, llegarían a las casas de los oyentes en los papeles que interpretaron durante las más de 2000 obras de radioteatro que se llegaron a emitir. Obras clásicas, contemporaneas, de autores españoles o extranjeros, amenizaron las tardes de millones de personas durante unos 40 años.
Más adelante, cuando la televisión hizo su entrada triunfal en la mayoría de hogares, algunos miembros del citado cuadro de actores decidieron pasarse a la profesión de dobladores, poniendo voz a un buen número de películas, pero eso… ya es otra historia.

Pasado el tiempo, en muchas ocasiones la gente acostumbra a asociar el radioteatro a interpretaciones poco naturales, afirmando que los actores recitan sus papeles a la hora de desempeñarlos. Nada más lejos de la realidad: Si bien es cierto que en algunas obras colaboraron conocidos actores de teatro que a su vez eran rapsodas, eso no significa necesariamente que los actores de radioteatro recitaran sus papeles por sistema, sino que se limitaban a interpretar una historia bien narrada, dando vida a unos personajes con los que el lector se podía sentir a veces identificado. Todo ello ambientado con buenas bandas sonoras y efectos especiales simples, pero efectivos. Hoy, la mayoría de las obras de teatro emitidas por radio Barcelona se encuentran en el archivo de la Biblioteca de Catalunya y se pueden conseguir a través de su página web: http://www.bnc.cat

Os dejo a continuación un enlace de descarga para que podáis escuchar la obra “las meninas”, de Antonio Buero Vallejo, interpretada por el cuadro de actores de Radio Barcelona. En esta ocasión, los créditos solo se anuncian al final de la obra. Apagad las luces, sentaos cómodamente y dejaos arropar por un conjunto de grandes intérpretes que os transportarán a lo largo de toda la obra “las meninas”.

jueves, 31 de diciembre de 2009

las cosas de fin de año

Dicen por aquí en Catalunya que "qui dies passa, anys empeny" (quien días pasa, años empuja), y hoy acabamos de empujar al 2009 hacia la historia, para dar paso al 2010.
Muchas son las tradiciones que hay en la fecha de hoy. Una de ellas es la del hombre de las narices: suele hacerse la broma de que durante el día de hoy (31 de diciembre) se puede ver por la calle al hombre de las narices, que tiene tantas narices como días tiene el año. Evidentemente la broma se suele gastar más a los niños, que con su habitual inocencia buscan un hombre con 365 narices, hasta que caen en la cuenta de que tal hombre no existe, ya que el año, a fecha de hoy solo tiene un día y por lo tanto, el hombre de las narices es cualquiera.
Pero sin duda alguna, la tradición más conocida es la de las 12 uvas de la suerte, tradición que se remonta tan solo a principios del siglo XX y que se originó única y exclusivamente por intereses económicos.
A finales de 1909, unos viticultores catalanes habían tenido una abundante cosecha de uvas, tanto que les era necesario desprenderse de un excedente considerable. Así, consiguieron venderlas gracias a hacer volar la imaginación, inventando lo que hoy conocemos como las 12 uvas de la suerte, que deben tomarse una a una al compás de las campanadas de la medianoche del día de hoy, pidiendo un deseo por cada uva que se toma. Dicha tradición se ha convertido actualmente en todo un ritual,llegandose a transmitir las campanadas de fin de año en todas las cadenas de televisión de España desde distintos lugares.
Yo no sé si seré capaz de tomarme todas las uvas al compás de las campanadas, si tendré tiempo de pensar un deseo para cada bocado ni por qué cadena de televisión voy a seguir el evento. Lo que sí sé es que os doy las gracias a todos por haberme acompañado durante este año, y os deseo que el 2010 sea un año lleno de salud, felicidad y buenos momentos que podáis compartir con la gente que os rodea o con quienes más queráis.
¿Besos y abrazos a todos!

sábado, 19 de diciembre de 2009

La banda sonora de mi vida


¿Alguien se ha parado a pensar qué sería nuestra vida sin música?
La música desde siempre ha sido una fiel compañera, tanto en tiempos de alegría como de tristeza. Todos tenemos alguna o algunas canciones asociadas a momentos de nuestra vida, que vuelven a nuestra mente cada vez que las escuchamos. En casa siempre hemos sido muy musicales así que yo no iba a ser la excepción: Toda mi vida he estado acompañado por varios tipos de música: desde la música infantil en mi más tierna infancia, hasta el pop rock de los años 60 o 70 en la actualidad. Voy a intentar hacer una selección de las canciones que para mí han sido más significativas.

Ya de pequeñísimo (tendría yo unos 3 o 4 años), merodeaba por casa con un reproductor de cassettes idéntico a este, propiedad de mis padres, escuchando sin parar las canciones infantiles de la época. Al poco tiempo, viendo que el niño había salido con una gran afición por las cintas, mi tío decidió regalarme mi primer reproductor de cassettes propio, del cual no conservo ninguna foto y lamento profundamente que me lo tiraran aun estando estropeado. Parchís, Enrique y Ana, Grupo Nins y derivados no paraban de sonar, pero de entre todas las canciones, la que más sonaba era “arriba, abajo”, de parchís. Sonó y sonó hasta que la cinta decidió que quería pasar a mejor vida. Años después he conseguido nuevamente la cinta que tenía y que incluía dicho tema… Y sigue sonando.

Más adelante evidentemente fui conociendo grupos y solistas nuevos que también dejarían una profunda huella en mí.

Ya entrado en la adolescencia, cayeron en mis manos 3 cintas de Mocedades. La pobre insensata que me las prestó no debía suponer ni de lejos la de veces y veces que llegaría a ponerlas, llegando a meterles en el cerebro a toda mi familia algunos de los temas más emblemáticos del grupo. Sin embargo, la que más sonó fue “Eres tú”, canción que se encargó de reflejar la amistad que hay entre un gran amigo mío y yo desde hace ya unos 15 años: los dos por aquél entonces trabajabamos en una radio local, y los dos nos la dedicamos.

También fue por aquél entonces cuando mi afición por el karaoke se hizo notar, y en la comunión de una parienta lejana mía conocí a otro buen amigo con el que hasta hoy hemos compartido un buen numero de juergas, cenas a base de pescaito rico y cantadas. Una de las canciones que más veces hemos cantado ha sido “el gato que está triste y azul”, de Roberto Carlos. No, no hay ni filmación ni grabación de nosotros dos cantando.

Ya a finales de mis años universitarios, y concretamente en la cena de fin de carrera, Decidimos entre unas compañeras y yo interpretar a varias voces un tema de Lluís llach que a partir de aquél momento quedaría grabado en nuestra memoria. “Que tinguem sort”, era el mensaje que todos los que acababamos la carrera nos queríamos transmitir mutuamente, por lo que la interpretación de dicho tema fue muy emotiva y significativa.

Para rematar el post y no alargarme más, hay otro tema que me ha acompañado durante muchos años, desde que se hizo notar mi afición por cantar, y que dedico a todos los que hayáis tenido la paciencia de llegar al final de esta entrada. “You’ve got a friend", de Carole King.
Espero que os guste, y os animo a que comentemos entre todos las canciones que más han significado en nuestra vida.

jueves, 3 de diciembre de 2009

El rincón del golfo presenta... ¡Vino tinto!


El grupo vino tinto es, sin duda alguna, uno de los grandes olvidados de la música española. Tanto es así que la información que actualmente se puede recopilar sobre ellos es casi inexistente, limitándose a algún dato que aparece en anotaciones totalmente dispersas o en su breve pero exquisita discografía.

Corrían los primeros años 70 cuando en Yecla (Murcia) se juntaron un grupo de estudiantes que les apasionaba el mundo de la música folk. Al igual que otros grupos de la época, ellos también eran universitarios y empezaron su andadura musical versionando tanto temas populares españoles como espirituales negros y canciones populares de distintos lugares del mundo.
Su trayectoria fue efímera, ciertamente, pero eso no les impidió dejarnos un buen material musical: dos lps y 8 singles en total, de los cuales no se ha publicado ni un solo tema en formato CD o digital.
En el año 1976, con motivo de la celebración de las primeras elecciones democráticas después del final de la dictadura Franquista en España, Vino tinto fueron los encargados de interpretar la canción que serviría de sintonía para el referendum correspondiente. La canción "Habla, pueblo habla" sonó por todas partes durante la campaña electoral y quizá por eso es precisamente la más recordada del grupo.
No obstante, afortunadamente con este post podremos recordar algunas de las canciones que el grupo popularizó, convertidas hoy en auténticas piezas de coleccionista para los amantes de la música de aquellos tiempos.

Canciones disponibles:
Volver en vino (1972)
Compuesta por Horacio Guaraní, Volver en vino fue la primera canción del primer album de vino tinto. El disco, que se tituló con el mismo nombre del grupo, incluyó temas populares españoles como “esta noche ha llovido” o “triste está la reina”, espirituales negros como “Get on board, little children”, “Stand by me”, o “anyhow” entre otros.

El viejo (1972)
Última canción de su primer LP, en la que el grupo ya dejaba entrever su posterior evolución hacia un estilo más pop.

Duerme negrito (1973)
Uno de los temas clásicos del gran compositor y guitarrista Atahualpa Yupanqui, en la versión magistral que Vino tinto publicó en un single en 1973. El tema era la cara B del single “América, América”. Desgraciadamente, dicho single nunca fue incluido en ningún LP.

Viejo capitán (1975)
Primer tema de su segundo LP titulado “Mi alma está en España”. Este disco incluía 10 temas nuevos, dejando atrás la vertiente más folk del grupo y acercandose a un estilo pop más comercial, propio de los demás grupos contemporáneos como Mocedades.

Habla, pueblo habla (1976)
Canción que sirvió como jingle publicitario y sintonía de las elecciones democráticas.

El rincón del golfo presenta... Vino tinto!

El grupo vino tinto es, sin duda alguna, uno de los grandes olvidados de la música española. Tanto es así que la información que actualmente se puede recopilar sobre ellos es casi inexistente, limitándose a algún dato que aparece en anotaciones totalmente dispersas o en su breve pero exquisita discografía.

Corrían los primeros años 70 cuando en Yecla (Murcia) se juntaron un grupo de estudiantes que les apasionaba el mundo de la música folk. Al igual que otros grupos de la época, ellos también eran universitarios y empezaron su andadura musical versionando tanto temas populares españoles como espirituales negros y canciones populares de distintos lugares del mundo.
Su trayectoria fue efímera, ciertamente, pero eso no les impidió dejarnos un buen material musical: dos lps y 8 singles en total, de los cuales no se ha publicado ni un solo tema en formato CD o digital.
En el año 1976, con motivo de la celebración de las primeras elecciones democráticas después del final de la dictadura Franquista en España, Vino tinto fueron los encargados de interpretar la canción que serviría de sintonía para el referendum correspondiente. La canción "Habla, pueblo habla" sonó por todas partes durante la campaña electoral y quizá por eso es precisamente la más recordada del grupo.
No obstante, afortunadamente con este post podremos recordar algunas de las canciones que el grupo popularizó, convertidas hoy en auténticas piezas de coleccionista para los amantes de la música de aquellos tiempos.

Canciones disponibles:
Volver en vino (1972)
Compuesta por Horacio Guaraní, Volver en vino fue la primera canción del primer album de vino tinto. El disco, que se tituló con el mismo nombre del grupo, incluyó temas populares españoles como “esta noche ha llovido” o “triste está la reina”, espirituales negros como “Get on board, little children”, “Stand by me”, o “anyhow” entre otros.

El viejo (1972)
Última canción de su primer LP, en la que el grupo ya dejaba entrever su posterior evolución hacia un estilo más pop.

Duerme negrito (1973)
Uno de los temas clásicos del gran compositor y guitarrista Atahualpa Yupanqui, en la versión magistral que Vino tinto publicó en un single en 1973. El tema era la cara B del single “América, América”. Desgraciadamente, dicho single nunca fue incluido en ningún LP.

Viejo capitán (1975)
Primer tema de su segundo LP titulado “Mi alma está en España”. Este disco incluía 10 temas nuevos, dejando atrás la vertiente más folk del grupo y acercandose a un estilo pop más comercial, propio de los demás grupos contemporáneos como Mocedades.

Habla, pueblo habla (1976)
Canción que sirvió como jingle publicitario y sintonía de las elecciones democráticas.

domingo, 29 de noviembre de 2009

El rincón del golfo presenta.... ¡The seekers!

Quien más quien menos habrá oido hablar del folk song norteamericano, ese estilo de música que consiste basicamente en canciones cantadas a base de voz, guitarra, banjo, bajo y pocos instrumentos más, además de ser interpretadas a varias voces en algunas ocasiones. Suele citarse como máximos exponentes de este estilo musical a grupos o artistas de la talla de Peter, Paul and Mary, Pete Seeger, Woody Gutrie, Joan baez, etc. Sinembargo hay otros interpretes de música folk que, sin ser americanos, llegaron a tener un éxito más que considerable en el reino unido y en USA, aunque hoy prácticamente permanecen en segundo plano o incluso podríamos decir olvidados, por desgracia. Uno de los casos más significativos es el del grupo australiano The seekers, quienes a pesar del éxito obtenido en Europa y América, en España llegaron a editar unos pocos singles nada más, por lo que se ha podido constatar hasta hoy.

The seekers se formó en Australia en 1964 y a día de hoy sigue activo con sus miembros originales: Athol Guy, Bruce whoodley, Keith Spogger y la vocalista principal Judith Durham. tras un año de carrera, el productor Tom Springfield se ofreció a componer para ellos algunos de los temas que les lanzarían a la fama, además de producirles sus discos. En sus cinco años de actividad inicial,sus temas más populares como "I'll never find another you", "A world of our own" o la tierna balada "The carnival is over" practicamente dieron la vuelta al mundo, dandoles la oportunidad de aparecer en varios shows televisivos. en 1967 lanzaron el single "Georgy Girl", compuesto por Tom Springfield al igual que los temas anteriormente citados, que fué la banda sonora de su película homónima. A partir de este año, el grupo empezó a andar por caminos separados hasta que en 1969 realizaron un show de despedida. En 1990 los 4 componentes decidieron reunirse para dar algunos conciertos. La cosa volvió a cuajar y en el año 2000 grabaron el album "Future road" después de más de 30 años sin publicar material nuevo.








Espero que os gusten!

sábado, 28 de noviembre de 2009

Me han eliminado

Es curioso como esas tres palabras se han convertido en las más traumáticas para los que usan programas de conversación instantánea. Al parecer, el hecho de que una persona quite a otra de la lista de contactos del essenger, del Aim o del skype casi se podría decir que es interpretado como un insulto hacia la persona eliminada o, por lo menos, un rechazo y una negativa a seguir manteniendo el contacto con dicha persona, pero ¿es realmente así?
No cabe la menor duda de que, desde los comienzos de internet, los programas de mensajería instantánea han jugado un papel fundamental en la comunicación entre usuarios, acortando las distancias entre quienes lo utilizan y facilitando así un contacto que, en otras circunstancias, sería bastante más complicado de mantener. Después, con la aparición de las redes sociales como Facebook, My space, hi-5 etc, el contacto entre usuarios se ha ido haciendo cada vez más estrecho, posibilitando la recuperación de contactos que ya dábamos por perdidos, lo cual es sin duda una satisfacción tremenda.
Pero como todo, estos adorables programas y esas utilísimas redes sociales tienen sus pros y sus contras. A pesar de cumplir las funciones que acabo de citar, también es cierto que existe la posibilidad de que algunos usuarios hagan de ellas una herramienta imprescindible para relacionarse. Así por ejemplo, puede ocurrir que una persona se dedique solo a mantener relaciones via mensajería instantánea o verbal a través de messenger o skype, dejando a un lado las relaciones sociales presenciales. Sin duda alguna eso sería un error de extrema gravedad, puesto que como es sabido, las circunstancias que se dan en ambos tipos de relaciones son absolutamente distintas y uno de los factores que más las diferencia es el cara a cara. Se han dado casos de personas que, mientras que virtualmente son gente abierta, desenfrenada y extrovertida, cuando se atreven a conocer a alguien en persona su carácter canvia de la noche a la mañana , lo cual puede desconcertar al otro interlocutor, dándole otra imagen de la persona con quien había estado tratando hasta el momento de conocerse, y propiciando así la eliminación de dicha persona.
Otro de los contras que pueden tener estas aplicaciones, es el "coleccionar contactos", por así decirlo de algun modo, es decir: la gente conoce a una persona en algun entorno virtual, lo agrega a su programa de conversación instantánea habitual y, o bien habla poco con la persona agregada, o bien pasan meses y meses sin que se dirijan la palabra mutuamente. Este segundo modo de comportarse, es el que en algunos casos provoca que la persona agregada, decida eliminar al contacto que le agregó, sin querer decir por eso que no desee mantener más contacto con él. Aún así, se han dado casos que la persona encargada de agregar y coleccionar contactos, queda totalmente destrozada porque x persona le ha eliminado del messenger, llegando incluso a plantarle cara a quien, según cree, le ha negado el contacto, llegando a provocar situaciones verdaderamente bochornosas para la persona que, sin querer provocar un escándalo, ha pulsado la tecla suprimir sobre un contacto.
Desde luego no se puede negar que tanto los programas de mensajería instantanea como las redes sociales, si se les da un buen uso, pueden llegar a ser totalmente eficaces, e incluso pueden proporcionar momentos muy gratos a sus usuarios. Ahora bien: si se les da un uso exclusivo y se deja de lado las relaciones sociales presenciales, las consecuencias pueden ser fatales, llegando a sumergir al usuario en un aislamiento profundo del que es incapaz de salir debido a su dificultad para mantener contacto presencial con la gente.